miércoles, 22 de agosto de 2007

Los recuerdos podrian olvidarse con medicamentos

Una nueva investigación comprueba que el propranolol reduce químicamente los efectos de un shock
Una nueva prueba con un medicamento denominado propranolol ha puesto en evidencia su capacidad de reducir químicamente los efectos post traumáticos de un shock. Cuando nos sucede algo grave, los recuerdos se “archivan” a fuego en nuestra memoria, gracias a determinados mecanismos hormonales y neuronales. Pero estos procesos pueden detenerse o reducirse gracias a dicho medicamento, lo que aliviaría el síndrome TEP de manera selectiva, sin afectar en ningún otro aspecto nuestra memoria.

Por Yaiza Martínez.

Científicos de las universidades McGill, en Montreal, y Harvard, en Estados Unidos, trabajan actualmente en conocer los efectos de una sustancia que, suministrada en las horas siguientes a un hecho traumático, reduce la respuesta psicológica a este tipo de hechos.

Se trata del propranolol, un medicamento que se suele utilizar en el tratamiento de la angina de pecho y de la hipertensión. En pruebas realizadas recientemente, según aparece publicado en la revista Journal of Psychiatric Research, 19 individuos con estrés postraumático crónico (TEP) describieron en una primera sesión por escrito lo que les había sucedido. Después recibieron una dosis diaria de dicha sustancia o, en otros casos, de un placebo, de manera aleatoria.

Diferencias drásticas

Una semana más tarde, se les pidió a todos que describieran de nuevo el acontecimiento, mientras se les medían las pulsaciones y otros parámetros físicos sintomáticos del estrés.

Así, se descubrió que la respuesta psicológica al estrés resultó significativamente menor en aquellos sujetos a los que se les había suministrado el propranolol respecto a los que habían consumido un placebo.

El diario británico Telegraph explica al respecto que el equipo de investigación, liderado por Karim Nader, de la McGill University, y Roger Pitman (de Harvard), ha descubierto por tanto que este medicamento es capaz de eliminar los efectos de un recuerdo, mientras que deja intacta el resto de la memoria.

Según afirma Nader, lo que consigue el propanolol es eliminar la parte emocional del recuerdo, de manera que cuando éste es restituido a la memoria, no provoque tanto estrés. La parte consciente del recuerdo permanece intacta, pero los pacientes pueden recordar cada detalle de lo que han vivido sin sentirse sobrepasados emocionalmente.

La investigación sugeriría por tanto que los recuerdos pueden ser manipulados porque actúan como si fueran de “cristal”, esto es, que existirían en un estado “derretido” mientras se están formando, y luego pasarían a un estado “sólido” y permanente.

Explicación química

Cuando un recuerdo determinado del pasado es traído a la memoria, parece que también se encontraría en ese estado diluido similar al inicial, por lo que también podría ser alterado antes de que vuelva a ser restituido o “solidificado” de nuevo, señala Nader.

La explicación a los efectos del propranolol radica en que éste puede desestabilizar los recorridos bioquímicos que permiten a la memoria “endurecerse” o terminar conformando recuerdos nítidos y definidos.

La revista de The Dana Foundation, señala al respecto que la producción de hormonas relacionadas con el estrés ayudaría a fortalecer los recuerdos de los hechos emocionalmente más significativos. Por ejemplo, la epinefrina o adrenalina (que se genera en situaciones de alerta) y la cortisona, ambas producidas por las glándulas suprarrenales, actúan sobre los receptores cerebrales para grabar los recuerdos de manera rápida y a menudo indeleble.

Según el científico especializado en el tema, Jim McGaugh, de la Universidad de California, lo cierto es que estas hormonas producen recuerdos más profundos y fuertes.

La posibilidad de entorpecer químicamente la fuerza de estos recuerdos en el momento en que se están formando afectaría en consecuencia el proceso por el cual una experiencia se convierte en un recuerdo inolvidable. Durante esta consolidación, se producen nuevas proteínas que dan lugar a sinapsis adicionales –puntos de conexión entre las neuronas-, sinapsis que fijarían los hechos en nuestro cerebro.

Otras pruebas con propranolol

Esta no es la primera vez que se aplica el propranolol con estos fines. Tal como publicamos anteriormente en Tendencias21, el mismo medicamento fue utilizado por estos investigadores hace algún tiempo en un estudio llevado a cabo con 20 personas de Montreal, traumatizados desde hacía 20 ó 30 años por abusos sexuales en su infancia, violaciones o accidentes, y les hicieron enfrentarse de nuevo a sus traumas. Eso permitió que sus recuerdos salieran a la luz, con el fin de que fueran “almacenados” de otra manera, más sutil, gracias al medicamento.

Así, los investigadores lograron que los pacientes « re-almacenaran » sus recuerdos, pero “reducidos”, gracias a que el propranolol inhibe las sensaciones de ansiedad que les producen al reducir las hormonas de estrés que resurgen cuando los pacientes evocan los sucesos que les marcaron. Es como si los afectados pudieran guardar en sus cerebros una versión más ligera o reducida de lo que les pasó.

Ambas pruebas intentan encontrar un tratamiento químico para el denominado trastorno por estrés postraumático, tratamiento en el que Pitman lleva trabajando varios años. Este método médico aspira a permitir seleccionar y alterar la manera en que los recuerdos son guardados en nuestras mentes. Para ello, deberá bloquear la respuesta hormonal a determinadas situaciones, de manera que el recuerdo quede grabado, pero no haga sufrir para siempre a las personas que han vivido una situación extrema.

Fuente:Tendencias21.net

domingo, 19 de agosto de 2007

Magdalena Marambio



Magdalena Marambio es una joven profesional que entrega mucho pero no renuncia a sí misma. Perfeccionista, inquieta y estudiosa, siempre está preocupada de mejorar y aprender. Ella sabe que para dar más, hay que ser más.

Magdalena Marambio no es cardióloga pero es puro corazón. Ella estudió Medicina en la Universidad de los Andes y optó por trabajar en los consultorios de la comuna de Lo Barnechea, atendiendo a pacientes de escasos recursos. Atrás dejó inconclusa una especialización en psiquiatría, que no fue lo que ella soñaba. No se arrepiente. Hoy siente fascinación por la variedad de casos que atiende. Una señora resfriada, un señor infartado o un joven acuchillado son parte de la realidad que le toca vivir. Muchos de sus pacientes no sólo están enfermos en su cuerpo. "Viene mucha gente que se siente sola, que tiene pena", cuenta. ­

¿Siempre te interesó el trabajo con la gente?"No. En el colegio era cero onda social y nunca fui a trabajos de invierno o verano, ni a nada parecido. Yo descubrí mi veta social cuando durante la carrera hice el internado en el hospital. Ahí supe que la Medicina tiene una parte más técnica y otra más social. Esta última fue la que finalmente me conquistó". ­

¿Te arrepientes de no trabajar en una clínica privada? "No siento ansiedad por especializarme o trabajar en una clínica. Esta es la parte de la medicina que me gusta. Lo otro es entretenido pero no me llena. Me encanta trabajar aquí y podría ejercer feliz, por ejemplo, en un pueblo pequeño. Lo que pasa es que las personas a las que atiendo son muy agradecidas, aunque le puedas entregar poco". ­
¿Qué es lo que más te atrae de tu trabajo? "Me gusta acoger a las personas. Pienso que no sacas nada con ser un súper especialista, si no eres capaz de ver que a veces una personas necesita de ti algo mucho más sencillo: que la escuches. Aquí llega mucha gente con problemas muy simples y haces las veces de consejera, amiga... La pena es que a veces te sientes impotente por no tener más medios para ayudarla. Pero me gusta sentirme útil". ­

¿Es difícil mantener la calma en los momentos difíciles? "No sacas nada si sabes harto y te pones histérico. Tienes que mantener la sangre fría si te llega algún paciente grave. Pero bueno, eso es algo que vas aprendiendo poco a poco. La práctica en esto es fundamental". ­

¿Fue muy duro estudiar esta profesión? "Medicina no es una carrera relajada. Hay mucha presión, mucha competencia. Permanentemente te están interrogando; tienes que hacer turnos toda la noche y al otro día estar lúcido como si hubieses dormido muchas horas; tienes que ir a clases, poner atención, hacer trabajos, dar exámenes, ver pacientes... hay fuerte desgaste intelectual y físico. El último año fue el más entretenido y el más pesado".

­¿Has debido sacrificar muchas cosas por tu profesión? "Durante la carrera, bastantes. Cuando partía a la playa o a la nieve, debía ir con un alto de libros y apuntes para estudiar. Pero también es cosa de organizarse: hoy hago deportes, he cursado diplomados sobre Historia del Arte y Filosofía del Arte, me aboné al Teatro Municipal... Ahora estoy estudiando un Magíster en Bioética en la Universidad Católica". ­

¿Por qué bioética? "Porque siempre he tenido interés por lo humanista. Me interesa tener una base filosófica de las cosas, saber cómo respetar la dignidad de las persona. Creo que se necesita tener algo que te dé pautas, que te oriente. Por eso, cuando termine el magíster quiero seguir estudiando".


LA CARRERA SEGUN MAGDALENA MARAMBIO


Medicina es una carrera difícil porque debes tener mucha constancia. Tienes que estudiar todos los días. Incluso después de egresar debes seguir perfeccionándote, pues las cosas se olvidan. Además uno nunca sabe cúando llegará un paciente y te pedirá justo eso que se te olvidó. Y no puedes decirle que no te acuerdas. La carrera implica mucho estudio, pero no es para genios. Creo que hay carreras más difíciles en cuanto a su complejidad, pero aquí necesitas mucha perseverancia. Alguien que desee estudiar Medicina debe gustarle la gente, y tener capacidad para estudiar y trasnochar. Además, se necesita poseer buena memoria, aunque algunos digan que no. La carrera implica muchos sacrificios y es importante sentirse apoyado. Por suerte, he sentido la comprensión de mis pololos, nunca he tenido problemas en ese sentido. Mis padres tenían algunos temores con respecto a la carrera, pero después vino un respaldo ciento por ciento. Lo que pasa es que la encontraban muy sacrificada, sobre todo para una mujer. Recuerdo que, al principio de los estudios, Química fue un ramo siniestro. Después, una de las cosas que más me costaron fueron los internados, que me angustiaban, pues implicaban un gran esfuerzo físico y mental. La carrera dura siete años. En los primeros cinco años te entregan los conocimientos en ciencias básicas, preclínicas y clínicas y después tienes dos años de internado que corresponden a la práctica profesional.

Entrevista: Alternativas académicas

¿Quieres ser médico, hijo mío?



Aspiración es esta de un alma generosa, de un espíritu ávido de ciencia.
¿Deseas que los hombres te tengan por un dios que alivia sus males y ahuyenta de ellos el espanto? ¿Has pensado bien en lo que ha de ser tu vida? La mayoría de los ciudadanos pueden, terminada su tarea, aislarse lejos de los inoportunos; tu puerta quedará siempre abierta a todos; vendrán a turbar tu sueño, tus placeres, tu meditación; ya no te pertenecerás.

Los pobres, acostumbrados a padecer, no te llamarán sino en caso de urgencia; pero los ricos te tratarán como a un esclavo encargado de remediar sus excesos; sea porque tengan una indigestión, sea porque estén acatarrados, harán que te despierten a toda prisa tan pronto como sientan la menor inquietud; habrás de mostrar interés por los detalles más vulgares de su existencia, decidir si han de comer cordero o carnero, si han de andar de tal o cual modo. No podrás ausentarte, ni estar enfermo, tendrás que estar siempre listo para acudir tan pronto como te llame tu amo.

¿Tienes fe en tu trabajo para conquistarte una reputación? Ten presente que te juzgarán no por tu ciencia, sino por las casualidades del destino, por el corte de tu capa, por la apariencia de tu casa, por el número de tus criados, por la atención que dediques a las charlas y a los gustos de tu clientela. Los habrá que desconfiarán de ti si no vienes del Asia; otros si crees en los dioses; otros si no crees en ellos. Tu vecino el carnicero, el tendero, el zapatero, no te confiará su clientela si no eres parroquiano suyo; el herborista no te elogiará, sino en tanto que recetes sus hierbas.
Habrás de luchar contra las supersticiones de los ignorantes.

¿Te gusta la sencillez?, habrás de adoptar la actitud de un augur. ¿Eres activo, sabes qué vale el tiempo?, no habrás de manifestar fastidio ni impaciencia; tendrás que aguantar relatos que arranquen del principio de los tiempos para explicarte un cólico.

¿Sientes pasión por la verdad? Ya no podrás decirla. Habrás de ocultar a algunos la gravedad de su mal, a otros su insignificancia, pues les molestaría. Habrás de ocultar secretos que posees, consentir en parecer burlado, ignorante, cómplice. No te será permitido dudar nunca, si no afirmas que conoces la naturaleza de la enfermedad, que posees un remedio infalible para curarla, el vulgo irá a charlatanes que venden la mentira que necesita.

No cuentes con agradecimiento: cuando el enfermo sana, la curación es debida a su robustez; si muere, tú eres el que lo has matado. Mientras está en peligro te trata como a un Dios, te suplica, te promete, te colma de halagos; no bien está en convalecencia ya le estorbas; cuando se trata de pagar los cuidados que le has prodigado, se enfada y te denigra.

Te compadezco si sientes afán por la belleza: verás lo más feo y más repugnante que hay en la especie humana; todos tus sentidos serán maltratados. Habrás de pegar tu oído contra el sudor de pechos sucios, respirar el olor de míseras viviendas, los perfumes harto subidos de las cortesanas, palpar tumores, curar llagas verdes de pus, contemplar los orines, escudriñar los esputos, fijar tu mirada y tu olfato en inmundicias, meter el dedo en muchos sitios. Te llamarán para un hombre que, molestado por dolores de vientre, te presentará un bacín nauseabundo, diciéndote satisfecho" gracias a que he tenido la precaución de no tirarlo". Recuerda entonces que habrá de parecer interesarte mucho aquella deyección.

Tu oficio será para ti una túnica de Neso: en la calle, en los banquetes, en el teatro, en tu cama misma, los desconocidos, tus amigos, tus allegados te hablarán de sus males para pedirte un remedio. El mundo te parecerá un vasto hospital, una asamblea de individuos que se quejan. Tu vida transcurrirá en la sombra de la muerte entre el dolor de los cuerpos y de las almas, de los duelos y de la hipocresía que calcula, a la cabecera de los agonizantes.

Té verás solo en tus tristezas, solo en tus estudios, solo en medio del egoísmo humano.

Cuando a costa de muchos esfuerzos hayas prolongado la existencia de algunos ancianos o de niños deformes, vendrá una guerra que destruirá lo más sano y lo más robusto que hay en la ciudad. Entonces, te encargarán que separes los débiles de los fuertes, para salvar a los débiles y enviar a los fuertes a la muerte.

Piénsalo bien mientras estás a tiempo. Pero sí, indiferente a la fortuna, a los placeres, a la ingratitud; si sabiendo que te verás sólo entre las fieras humanas, tienes un alma lo bastante estoica para satisfacerte con el deber cumplido sin ilusiones; si te juzgas pagado lo bastante con la dicha de una madre, con una cara que sonríe porque ya no padece, con la faz de un moribundo a quien ocultas la llegada de la muerte: si ansías conocer al hombre, penetrar todo lo trágico de su destino, entonces .....

hazte médico, hijo mío.



Esculapio

sábado, 18 de agosto de 2007

Bievenidos a mi blog

Bienvenidos a mi blog creado hoy Sabado 18 de agosto del 2007.
En este blog se publicaran semanalmente articulos relacionados con la Ciencia , Cultura y Actualidad.